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LA NOTICIA

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                                                                                 La joven de 14 años

 

Los Mozos de Esquadra detuvieron ayer por la tarde a dos menores acusados de degollar y golpear en la cara hasta la muerte a una niña de 14 años a la que conocían del barrio y cuyo cuerpo moribundo encontró el viernes a última hora de la noche un vecino de Ripollet.

La víctima vivía a solo tres calles del descampado en el que fue asesinada, no muy lejos de la comisaría de la policía autonómica de la población. Poco después de la medianoche los dos amigos llamaron al interfono de la casa de la chica y le pidieron que bajara a la calle.

Lo hizo confiada, en zapatillas de ir por casa.
Anoche, agentes del Grupo de Homicidios de la Región Policial Metropolitana Norte interrogaron a los dos detenidos, en presencia de sus padres y después de que la fiscalía de menores les autorizara a escucharlos en declaración. Confesaron
responsables de los Mozos admitían ayer, en confianza, que eran incapaces de entender la crueldad con la que actuaron los agresores.

Según una primera hipótesis, no confirmada oficialmente, el brutal crimen se desencadenó por rencillas de amor entre adolescentes.
Los dos jóvenes fueron al piso en el que la niña vivía con su madre, un padrastro y, como mínimo, un hermano, todos ellos tutelados por los servicios sociales. La joven los reconoció y bajó a la calle confiada, en zapatillas. Pasaban pocos minutos de la medianoche del viernes.

Los tres pasearon hasta el descampado o quizá la obligaron a que los acompañara. Discutieron. Uno de ellos realizó un único y profundo corte en el cuello que seccionó la yugular. Empezó a perder sangre pero no cesó la agresión. Tomaron un palo y la golpearon sucesivamente en la cara y la cabeza.

La abandonaron cuando aún vivía.
El forense que realizó la autopsia a la niña creyó en un primer momento que podría ser una joven de unos 25 años. Solo este detalle ya da fe de la agresión que sufrió la menor y en qué estado quedó su cuerpo.


Un vecino del barrio descubrió el cuerpo y alertó a los Mossos y estos, a los servicios sanitarios. Los enfermeros lo intentaron pero no pudieron hacer nada por la chiquilla que murió a los pocos segundos completamente desangrada. La víctima no llevaba consigo ningún documento de identidad y el grupo de homicidios se centró en un primer momento en identificarla. Extrañamente nadie durante toda la noche se acercó hasta la comisaría a denunciar una desaparición. Sobre las once de la mañana de ayer, los investigadores identificaron a la víctima y se acercaron a la casa de su madre. No supo explicar por qué no denunció su ausencia durante toda la noche.

El padrastro no estaba en casa.
Los investigadores ya habían localizado cerca del lugar del crimen las dos armas: la navaja y el palo. Dar con los agresores fue cuestión de pocas horas. Hasta el viernes por la noche los acusados eran dos chicos normales, crecidos en el seno de dos buenas familias de Ripollet. Anoche sus padres no tenían consuelo y buscaban en los investigadores respuestas que ellos no les podían dar.

 

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